viernes, 25 de abril de 2014

Tratamiento Síndrome de Williams

Síndrome de Williams


Ø Tratamiento

Ámbito médico
El enfoque terapéutico debe ser multidisciplinario debido a la variedad de sintomatología.
El desarrollo de la discapacidad se debe abordar con programas de intervención temprana, educación especial y formación profesional.
El sistema cardiovascular requiere de seguimiento de por vida. En algún momento evolutivo de la enfermedad puede requerirse tratamiento quirúrgico en la arteria renal y en la aortica.
La hipercalcemia se debe medir el calcio sérico y urinario  de manera rutinaria. Cuando no se  lleva un control de la ingesta dietética o cuando se utilizan suplementos vitamínicos que contengan vitamina D.
El tratamiento de la hipermetropía y el estrabismo es evaluado por un oftalmólogo. La otitis son recurrente y deben realizarse pruebas para descartar problemas auditivos. Los problemas dentarios como la maloclusión necesitan tratamiento especializado.
Al ser un trastorno genético no existe un tratamiento de curación para el síndrome de Williams, se tratan de alteraciones de salud, desarrollo y conducta que se presentan en cada caso particular.

Ámbito Psicopedagógica
   Dificultad para modular emociones: 

  •      Ayudar al niño cada vez más para desarrollar control interno efectivo para regular emociones: anticipar el crecimiento de la frustración, ayudara a exteriorizar la frustración y cambiar a una actividad diferente, minimizar los cambios inesperados en horarios.

  •     Alta sensibilidad para los sonidos: advertir antes de que se produzcan ruidos predecibles, permitir visualizar y conocer la fuente de ruidos molestos, grabar cassette con sonidos y hacerlos experimentar; fuerte, despacio.

  •     Perseverancia en ciertos temas favoritos de conversación: enseñar habilidades sociales a través de actuación, debates y experiencias en grupos pequeños para expandir el repertorio de su conversación.

  •     Ansiedad ante cambios inesperados de rutina u horarios: tener un horario predecible con reglas claras y marcando las transiciones diarias, minimizar los cambios inesperados. Para los niños preescolares usar horarios con dibujos para las rutinas diarias y calendarios de pared. Para niños mayores usar relojes digitales y agendas.

  •     Poner énfasis en la orientación del niño para trabajar en actividades menos deseables.

   

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